lunes, 26 de marzo de 2018

Ibiza Y Formentera... Islas Pituisas.


“Cuando viajes a Ítaca pide que tu camino sea largo…
no apresures el viaje…
mejor que dure muchos años”



Martes, 27 de marzo de 2018

Hotel Bergantín.
San Antonio.
Ibiza
Tras 45 minutos de vuelo llegamos a Ibiza. El bus nos está esperando para llevarnos hasta el hotel. A lo largo del camino el paisaje es verde, los pinos bordean la carretera formando un túnel de luces y sombras.
El hotel está en el Puerto de San Antonio, llegamos hasta la orilla del mar, el agua es de un azul intenso, nos damos un paseo estupendo viendo a un grupo de jóvenes tocando el tambor y bailando.
Nos encontramos un móvil en un banco, localizamos al dueño italiano y casi nos come a besos. Llegamos hasta el puerto y desde allí contemplamos la puesta de sol. El paisaje es espectacular, todo se vuelve de un rojo intenso, las nubes se confunden con el cielo y el mar, todo se vuelve místico, sensual y romántico. Compartimos la magia del momento con las personas que están a nuestro alrededor rompiendo en aplausos cuando el sol se oculta.

Torre del Pirata e Islote Es Vedrá.


De regreso al hotel nos paramos ante un cartel donde se ve un torreón y la isla de Es Vedrá, me transporta al libro que estoy leyendo de Blasco Ibáñez “Los muertos mandan”, este torreón se llama “La torre del Pirata” y es el lugar donde vivió el protagonista. Decidimos que iremos a conocerla.
Regresamos al hotel y preparamos la salida para el día siguiente..





Miércoles, 28 de marzo de 2018
Salida en barco catamarán para recorrer la Bahía de Portmany. Pasamos por la Cala del Moro, llamada así porque por ella  entraban los moros al atardecer, con aguas turquesas y pinos en las laderas de la montaña. Estos pinos dan lugar al nombre de “Islas Pituisas”… Islas de pinos: Ibiza y Formentera.
Desde el barco nos explican  lo que vamos viendo, calas de arena blanca, con aguas turquesas y cristalinas: Cala Gracio, Gracioneta, Cueva del Pirata, Cala Salada... la Duquesa de Alba tiene allí una casa, Cala Saladeta , Cala Comta, donde tiene otra casa Elle Mc Pherson.  
Torre de vigilancia.

Pasamos por una de las siete torres de vigilancia que tiene la isla, servían para avisar mediante fogatas de la llegada de los piratas. Para protegerse la gente se refugiaba en las iglesias fortificadas.

islotes Ses Margalides.
Bajamos en Cala Bassa a tomar un aperitivo de gambas con sangría y dar un paseo por la cala. Llegamos hasta Ses Margalides preciosos islotes en medio del mar con formas caprichosas y agujeros abiertos provocados por la erosión.
Al atardecer vamos tomar a una cerveza con unos amigos para ver la puesta de sol desde el Puerto de San Antonio.

Jueves, 29 de marzo de 2018
Recorremos el noroeste de la isla.
Alquilamos un coche Smart Pasión naranja con cambio automático, 7días/200€. Fantástico, pequeño, con 4 puertas, tiene potencia y es un placer conducirlo. Lo demuestra en las empinadísimas cuestas porque no se cala nunca.
Iglesia de San Miquel.
Pasamos por San Rafael y llegamos a Santa Gertrudis de Fruitera con su iglesia, su Plaza Mayor y sus tiendas con subastas de antigüedades.  Seguimos hasta San Miquel de Balansat, en la parte alta hay una espléndida iglesia, es una de las edificaciones más antiguas de la isla, S.XIV, con muros gruesos que sirven de fortaleza para evitar los ataques de los berberiscos y enmarcada por un mar azul cobalto. El interior en pequeño y sencillo. Es preciosa e invita a la reflexión. Regresamos a San Antonio por la costa pasando por santa Inés con una panorámica de acantilados espectaculares.
Seguimos por una carretera serpenteante y estrecha con bosques de pinos en las laderas de la montaña. Llegamos a la Cala Port de San Miquel. Precioso rincón con aguas turquesas y transparentes.
Cala Benirrás.
De allí a Cala Benirrás por una carretera sinuosa y serpenteante, con paisajes agrestes y acantilados espectaculares. Es una preciosa calita donde grupos de personas se juntan  los domingos en la playa para tocar los tambores al ponerse el sol. Nosotros pudimos disfrutar de un grupo de ellos durante un ratito. La cala ha conseguido  mantenerse virgen hasta la fecha. Es una de las mejores calas del Norte de la isla con su peñón en el centro. Julio Llamazares en su libro “Las lágrimas de San Lorenzo” describe la espectacular puesta de sol desde sus acantilados y la lluvia de estrellas que caen en agosto.
Siguiendo las recomendaciones de nuestros amigos cogemos una carretera para llegar al Mirador de las Puertas del Cielo, allí han instalado un pequeño café desde donde se ven unas impresionantes vistas de los acantilados de la costa. 
En el carretera hacia Cala Salada descubrimos con asombro la Galería la Arte “Dastcha Can Rautí”, con originales pinturas y esculturas alrededor de la casa. Su exterior es espectacular.  Llegamos a Cala Salada, perfectamente adaptada para discapacitados, con varias plazas para aparcar que llegan hasta la misma cala. Nos sentamos en las rocas para disfrutar del atardecer. Llamazares se inspira en esta cala para dar título a su libro “Las lágrimas de San Lorenzo” debido a  la lluvia de  estrellas que ven caer del cielo el protagonista y su hijo tumbados en el suelo una noche de agosto.  
Regresamos a San Antonio para disfrutar de la puesta de sol desde el Puerto. 

Viernes, 30 de marzo de 2018

Ruta por el noreste de Ibiza.

Cala Portinax.
Salimos hacia Portinatx. El tramo entre Sant Joan de Labritja y Portinatx es una bonita carretera serpenteante con pinares, olivos, almendros y algarrobos. Rodeadas de rocas y con aguas transparentes y tranquilas nos encontramos con las tres playas de Portinatx.

De allí a Cala  Xarraca. Espectacular playita de aguas turquesas y cristalinas cercadas por acantilados con orillas rocosas, sin urbanizar. Nos comentan que se puede comer bien en el restaurante que está en la misma cala. 
La sinuosa carretera que une de Sant Joan con Cala San Vicente bordea la montaña desde la cima ofreciendo una panorámica de sucesivas cumbres que van descendiendo hasta el mar, con bancales  en las laderas de pequeñas tierras cultivadas con frutales y verduras. Comemos un bocata contemplando el mar y después vamos a tomar café al Restaurante Can Gat, nos comentan que es un buen restaurante de comida ibicenca, importante reservar mesa.  Desde allí las vistas sobre el litoral ibicenco son sencillamente espectaculares. Es un paisaje con playas vírgenes.

Aguas cristalinas debido a las "Algas Pasidonias".
Siguiendo la carretera por el  acantilado llegamos hasta Cala Pou des LLeó, su belleza supera a todas las calas vistas hasta ahora, sin urbanizar, con barracas para guardar las barcas a la derecha y a la izquierda. Estas casetas pasan de padres a hijos y no se pueden vender. Las aguas  son cristalinas y de un turquesa brillante e intenso con fondo de algas posidonias. Este tipo de algas están declaradas Patrimonio de la Humanidad, purifican las aguas y dan el color turquesa. Intentamos llegar hasta Torre d´en Vals, ya que nos han dicho que desde allí se divisan las vistas más bonitas de toda la isla, pero la carretera está en muy mal estado por lo que decidimos quedarnos en Pou  des Lleó.

"Can Anita"
Iglesia Sant Carles de Peralta.
Ya en Sant Carles de Peralta entramos en la iglesia y nos sorprende un altar con una pequeña virgen lleno de plantas y velasen el suelo, espectacular. En la plaza de la iglesia tomamos café en la terraza, cubierta con una exuberante vegetación, del Restaurante bar Can Anita, nos encanta, tiene un aire especial con cuadros de motivos ibicencos y original decoración. Personal encantador, como todas las personas con las que hemos hablado en Ibiza. Fue refugio favorito de los hippies durante loa años 60-70.
De allí al mercadillo de Sant Carles “ Las Dalias”, abre todos los sábados del año, fue uno de los primeros mercadillos hippies de la isla. Es digno de ver por sus actuaciones y su ambiente hippie. Compramos unos jabones naturales y a Daniel le regalan una camiseta.
Empieza a llover y baja mucho la temperatura,  regresamos al hotel.

Sábado, 31 de marzo de 2018
Ruta por el suroeste.
Salimos dirección Cala d´Hort, carretera con grandes precipicios y vistas al mar, con pinos en las laderas y mimosas bordeando la carretera.
Islote Es Vedrá.
Llegamos a la Torre del Pirata, Vicente Blasco Ibáñez habla de ella en “Los Muertos mandan”, siendo el lugar donde vivía el protagonista de su novela. De repente aparece ante nuestra vista el Islote Es Vedrá, espectacular, con las olas rompiendo con fuerza contra sus rocas ya que el mar está picadísimo. El viento es tan fuerte que no podemos quedarnos en la playa porque la arena nos golpea con fuerza la cara. Disfrutamos de la espectacular vista panorámica desde el acantilado.
Iglesia Es cubells.

Seguimos entre vegetación mediterránea de jaras y tomillos hasta el pueblecito de Es Cubells, en lo alto y con unas vistas inolvidables, desde el mirador nos deslumbra una espectacular cala, el viento sigue soplando con fuerza. Nos comentan que en esta cala tiene Mario Conde una casa. La bajada está llena de curvas y con fuerte pendiente, por lo visto el año pasado hubo una especie de maremoto que destruyó parte de este mirador y de la carretera. La vista sobrecoge. Queremos llegar hasta  Cap Llentrisca, pero desistimos debido al mal estado de la carretera.
Vamos a comer con unos amigos. Viven en medio del campo, nos dan la dirección y nos proponemos llegar sin ayuda. Lo conseguimos. La casa es preciosa, una verdadera mansión, de estilo ibicenco, rodeada de vegetación con palmeras, naranjos, limoneros, algarrobos. Un paraíso.
Vamos al Restaurante S´Espartat a comer un “Bullis de Peix”, bandeja de pescados frescos exquisitos y después un arroz a banda de chipirones, ¡insuperable!. Posteriormente leemos que está considerado como el restaurante donde se come la mejor paella de la isla. Es especialista en arroces. La comida transcurre entre recuerdos del pasado y las vivencias del momento actual. Una comida realmente entrañable que nos demuestra cómo la amistad es capaz de romper las barreras del tiempo.
Dólmenes en Es Pujolets.
Hacemos un poco de senderismo hasta Cala Tarida, playa con aguas esmeraldas y espectacular oleaje debido al viento. El  Chiringuito cala Tarida” tiene unas vistas increíbles, el trato del personal es estupendo y tienen buena relación calidad precio. Continuamos hasta Es Pujolets, monumento con dólmenes  de ofrenda al sol creado por un arquitecto italiano. Vista panorámica de Cala Llentía. Siguiendo el sendero llegamos hasta Puerta Can Soleil, monumento con mosaicos griegos en el suelo y dos puertas talladas con símbolos árabes en medio del paisaje. Cerca de allí pasamos por delante de una casa que es propiedad del director del Circo del sol.  Nos sentamos a disfrutar de tertulia con cerveza y de allí al hotel.

Domingo, 1 de abril de 2018

Ruta por el norte.
Salimos dirección  Cova Can Marçà,   www.covadecanmarca.com
La carretera de bajada desde Sant Miquel a las cuevas es preciosa, serpenteante y bordeada de pinos y sabinas. Las “Covas” son rutas naturales con más de 100.000 años de antigüedad, con espectáculo de luz y sonido.  
Cova Can Marca.

Para entrar en la cueva tenemos que bajar 240 escalones, pero merece la pena por las espectaculares vistas. Esta cueva fue utilizada por contrabandistas y todavía hoy se pueden distinguir las señales que marcaban la salida de la cueva en caso de huida. Es espectacular, las estalactitas forman figuras caprichosas, nos comenta el guía que ¡necesitan 100 años para crecer 1cm!, lo que menos nos gustó fue el espectáculo de luz y sonido. Algunos consideran que están demasiado restauradas, a nosotros nos gustaron. Al llegar a la parte más alta la temperatura sube a unos 24º, nos dice el guía que debido al cambio climático todo lo que vemos se convertirá en “arquitectura efímera” ya que la falta de humedad originará  que las figuras poco a poco se vayan deshaciendo.
Seguimos por la carretera de San Juan hacia Cala Sant Vicente para ver la Cova des Cullerán , el cartel indicador dice que hay que hacer una pequeña ruta para llegar a ella, empezamos a subir por un camino de cabras con mucha pendiente, al no llegar nunca arriba decidimos desistir. Lo intentaremos otro día con más información.
De allí vamos hasta Punta Grossa, punto más alto de la cala de Sant Vicente, la carreta es tan empinada que da vértigo mirar por el acantilado hacia el mar..
Aigües Blanques. Al fondo Islote de Tagomago.
Seguimos hacia Aigües Blancas, preciosa playa nudista a la que se accede por una rampa bastante pronunciada, al no tener un acceso  sencillo no está concurrida. Es una de las más hermosas de Ibiza. Los alrededores están vírgenes. Enfrente se encuentra el Islote de Tagomago  cuyo propietario es la pareja de Norma Duval. Nos sentamos en el chiringuito a tomar un café disfrutando de unas vistas privilegiadas. La dueña nos comenta que alquilan la isla por unos 100.000 € semanales!!!

Volvemos al Mercadillo de las Dalias, nos supo a poco la vez anterior, hay poca gente y esto nos permite disfrutarlo y pasear con tranquilidad. Nos encanta el aire que se respira y el ambiente que tiene.
Pasamos por Santa Eulalia para ver el acueducto romano y la Iglesia del S.XVII con su torre defensiva. Como hoy es domingo no podemos ver el mercadillo artesanal, está  abierto todos los días menos domingos. 

Lunes, 2 de abril de 2018

Ibiza: “Dalt Vila”
Hoy pasaremos toda la mañana en la ciudad antigua de Ibiza: “Dalt Vila”,  declarada Patrimonio Mundial por la Unesco. Merece  la pena bordear la muralla del S.XVI para recorrer sus siete baluartes, torres defensivas colocadas en puntos estratégicos para defenderse de los piratas.
Entramos por un túnel que termina en la Universidad. Llegamos a la Plaza de la Catedral y al Palacio de la Curia, donde está la Oficina de Turismo. 
"Dalt Vila"
Siguiendo por la Calle Mayor nos encontramos con la tienda de “Traspas y Torijano”, pareja de pintores. Son paisanos, Juan los saluda dándose a conocer, son muy agradables, nos comentan que llevan 40 años en Ibiza y que están encantados.  
Recorremos el centro con sus casas encaladas y sus calles adoquinadas en pendiente. Paramos a descansar tomando un zumo natural exquisito en la Plaza del Sol.
Regresamos al coche saliendo por el túnel del Parque de la Reina Sofía.
De allí a comer a  casa de unos amigos, paella, boquerones en vinagre caseros, pan y todo casero, ¡delicioso!. 
Al atardecer nos vamos a Cala Comte a disfrutar de la puesta de sol tomando un mojito. La playa es preciosa, con aguas color esmeralda tranquilas y transparentes. El sol se va poniendo poco a poco. El ambiente que nos rodea es tranquilo y relajado, con música chill-out, y bailarinas espontáneas que nos deleitan con sus movimientos. Cuando el sol se oculta nos dejamos contagiar por la magia del momento y todos al unísono nos ponemos de pie brindando y aplaudiendo.

Martes, 3 de abril de 2018

Ruta a Formentera.

Desde el puerto de Ibiza hay varias posibilidades para llegar a Formentera. La más barata es un barco low cost, unos 10€/persona. A nosotros como queríamos pasar el coche nos recomiendan la compañía Balearia, 3 personas más coche 140€ i/v. Salen cada media hora y tardan una hora en llegar.
El día está nublado pero no hace frío.
"Can Toni". Pilar de sa Mola.
Empezamos el recorrido hacia El Pilar de Sa Mola, decidimos comer pronto y nos recomiendan ”Restaurante Can Toni”, muy concurrido por los lugareños, con comida casera bien elaborada y música en directo. Nos sentamos en la terraza en unas mesitas de madera, rodeados de “Vespas” y de un motocarro decorado con garzas blancas.  Comemos muy bien, el personal muy amable y sonriente. Buena relación calidad precio teniendo en cuenta los precios de Ibiza. Pilar de Sa Mola fue invadida en los 60 por el movimiento hippie, sus molinos abandonados se convirtieron en comunas, en uno de ellos vivió Bob Dylan. Aún siguen viviendo algunos hippies y se nota en el ambiente.
Llegamos a El Faro de Sa Mola, debido a las fuertes rachas de viento, que casi nos tira, no podemos acercarnos a los acantilados, a pesar de todo la vista es espectacular. El impresionante paraje cultivó a Julio Verne que lo tomaría como modelo para el Faro del fin del mundo citado en su novela “ Viajes y exploraciones de Héctor Servadec”. Existe un  monumento  de homenaje al escritor francés en el mismo escenario donde lo escribió.
Seguimos hasta el “Restaurante El Mirador”, desde el que se obtienen una vistas panorámicas espectaculares de la Playa de la Tramontana, virgen, muy extensa, de aguas turquesas cristalinas y arena blanca.
llauts en Cala Sant Agustí.

Bajamos después a Es Cala de Sant Agustí, minúsculo y espectacular puertecito pesquero que conserva algunos “Llauts” típicos, que son como chamizos donde se guardan las barcas de pesca, que ascienden por unos raíles de madera tiradas por unas originales poleas. La playa es de un color turquesa brillante, cristalina y tranquila. Para mí, el rincón más bonito de las dos islas.
De allí seguimos hasta Cala  Es Arenals y Platja Migjorn espectaculares, muy extensas, con aguas cristalinas, donde se bañan en perfecta armonía nudistas y no nudistas.
Seguimos hasta el pueblo de Sant Ferran con su pequeña iglesia, una de las más sencillas de la isla. Enfrente está la “Fonda Pepe”, lugar donde en los años 60 los primeros hippies empezaron a reunirse. En la actualidad entre la fonda y el restaurante ocupan toda la plaza.
Cap de Babaria.



Pasamos por Cap de Babaria I, II y III, yacimientos megalíticos prehistóricos de la Edad de bronce, 2000 a 1500 a.d.C. , hasta llegar a El faro de Babaria con espectaculares acantilados. Se ha hecho famoso porque allí se han rodado varios spots publicitarios y sirvió de escenario para algunas escenas de la película de Julio Medem “Lucía y el sexo”.
Al subir paramos en Cala Saona, playa casi virgen. Rodeamos las Salinas  de Formentera y terminamos paseando  por el Puerto de la Savina, puerto de acceso a la isla, son las 8 de la tarde.
Dalt Vila desde el mar.









Cuando llegamos a Ibiza está oscureciendo, las vistas desde el barco de “Dalt Vila”  iluminada son espectaculares.
Formentera nos parece una isla preciosa por su luz, sus caminos, sus calas, sus aguas turquesas, los faros… un placer recorrerla.

Miércoles, 4 de abril de 2018

Último día en Ibiza.

Amanece un día espectacular con un sol radiante.
Hoy buscamos calitas tranquilas para leer y pasear.
Decidimos ir a Cala Gracio y cala Gracioneta, se puede pasar de una a otra andando.
Cala Gracio.
Parece una piscina abierta al mar, se ven los peces en  la orilla. Tiene un
chiringuito en el que puedes comer o tomar una cerveza. Las vistas son preciosas. Esta cala la vimos desde el mar el primer día cuando hicimos el trayecto en barco. Nos comentan que aquí tiene una casa Elle Mc Pearson y no nos extraña, las casas “Cans” en la ladera de la montaña mirando al mar son  espectaculares.
Después de pasar allí la mañana decidimos ir a Cala Salada, la vimos desde el barco y nos encantó. Nos tomamos una cerveza con unos mejillones en el “Chiringuito Cala Salada”, buen precio y buenas vistas. Enfrente tenemos “Can Rosa”, una espectacular casa de una alemana con “mucha pasta”, según nos comenta el camarero. También nos dice que la Duquesa de Alba tiene allí una casa. Desde Cala Salada se accede dando un rodeo por la orilla del acantilado a la Cueva de Ses Fontanelles conocida por su colección de pinturas rupestres realizadas en la edad de Bronce (1.000 años A.C).  
cala Bassa.
Cala Bassa es un enorme arco de arena rodeada de pinos, rocas y mar. Sentados en el tronco torcido de una sabina nos comemos un bocata. La playa es preciosa, la reconocemos porque allí nos invitaron a tomar gambas con sangría el día que hicimos el recorrido en barco. Compramos una preciosa manta grande de algodón con una salamandra negra en el centro, icono de la isla.
Despedida en Cala Comte.
Terminamos el día de nuevo en Cala Comte para ver la puesta de sol. Nos sentamos en el chiringuito y repetimos tomando un mojito exquisito. La D.J. pone música “Chill Out” a la vez que baila. Cuando el sol se oculta todo el mundo se levanta y empieza a aplaudir… todo un espectáculo!!!
Regresamos al hotel. Tenemos que hacer las maletas…


Jueves, 5 de abril de 2018

Hoy Regresamos a casa. Ibiza nos ha encantado, es una isla para disfrutarla despacio. El paisaje es espectacular, con montículos llenos de una vegetación salpicada de casitas blancas entre pinos y sabinas. En el valle, estratos con pequeñas huertas de frutales, grandes higueras achaparradas, algarrobos, almendros. Las calas con sus aguas turquesas brillantes, cristalinas y tranquilas.
Según Llamazares Ibiza huele a pino, jara, jazmín, romero... a mar.
Tenemos que destacar el carácter amable y siempre sonriente de sus paisanos, en ningún momento hemos tenido ni una mala cara, ni un mal gesto de nadie.
La arquitectura de sus casas blancas salpicadas en medio de la ladera verde, son un regalo para la vista .

“ Viajar te inspira…
leer te transporta…
escribir te recuerda”